Muy simple, rompiéndome las bolas mientras te hacés la naif, jugarla de pasivo-agresivo o ser un niño sin experiencia
La rubia tarada se hace la tonta, me pregunta cosas todo el tiempo... no cosas diferentes, sino que reformula su pregunta una y otra vez. Ejemplo: "¿pongo estas imágenes en la presentación?", "sí, claro", "¿o sea, pongo las fotos, pero sin el texto?, "no, el texto también es importante", "ah, ¿pero entonces va el texto y no las fotos?", (con la paciencia/impaciencia al límite), "van las fotos Y el texto", "ah, bueno bueno"
Obviamente, cuando me trajo la presentación, sólo se trataba de un collage de imágenes desordenadas, sin ningún texto, ni titular, ni nada...
El que me daba miedito, ahora me da pánico. Varias veces lo vi golpeando su escritorio, o la pared o la pared y su escritorio al mismo tiempo. Me parece que tiene algunos problemitas. Pero cuando alguien le habla, se transforma en una seda.
Mientras tanto, el anábolico y la escotada, desaparecen de a ratos largos, juntos o no, da la casualidad de que cuando no está uno, también falta el otro. Cuando le pregunto a la fácil si los vio... duda, se pone colorada y me responde "peeerooo, si recién estaban acá"
Los otros no traen problemas, por ahora... El workaholic llega muy temprano, a veces llego a pensar que se quedó a dormir en la empresa porque tiene puesta la misma camisa del día anterior.
Por otro lado cambié mi carencia de sexo por sexo malo... lo cual es mucho peor.
Resulta que el viernes conocí un chico... y me refiero a él como "un chico" porque tiene 23 añitos. Fui de copas con las española y mi amiga ama de casa (casada y con 2 hijos). Tres muchachos se sentaron en nuestra mesa. Charla va, charla viene, el chiquito me besó. El beso no había sido para nada genial, pero dada la ausencia de cariño masculino de los últimos días, era mejor que nada.
La española me convenció con un: "el chico está lindo, es joven y va a aguantar toda la noche... no tenés nada que perder". Todo lo que me dijo parecía cierto y, aunque no me gusta el sexo casual con alguien que recién conozco, terminé en un hotel con él.
La acción debe haber durado unos breves 15 minutitos. Torpe, tonto, desorientado, el niño no sabe nada de anatomía, ni psicología femenina. O no le interesa saber.
No tenía ni ganas de que lo intentara nuevamente. Y quise irme inmediatamente a mi casa.
Cuando llegué a las 3 de la mañana, me di un baño, tomando una copa de vino y escuchando jazz. Pensando en abstenerme de sexo sin amor, de veinteañeros sin experiencia, de noches de copas con amigas, llegué a la conclusión de que me voy a dedicar a pleno a mi trabajo.
Qué aburrida!